Hoy, aprovechando que es festivo en el municipio de Madrid, he aprovechado para irme a desayunar fuera. Entre otras cosas, porque no tengo microondas, ni leche, ni cafetera... vamos, que me viene al pelo estos días hasta que me mude definitivamente. El caso es que he ido a un sitio muy chulo cerca de mi casa. Se llama CH&CH (Chocolate & Churros) y es una de estas cafeterías modernas con todo muy limpio y cuidado, un servicio excelente (muy educado) y música Chill de fondo a un volumen tolerable. Tiene un gran ventanal que da a un recinto amplio y privado, por lo que no hay coches ni gente pasando y sí mucha luz. El sitio es agradable y he pensado que sería una buena manera de empezar el día, con un café, un zumito, un croissant a la plancha y leyendo un buen libro a la luz de la mañana (luminosa, aunque algo nubosa).
Apenas había un par de abuelas con sus nietos desayunando y una chica leyendo el periódico en la barra cuando he llegado. He pedido mi desayuno mientras dejaba mi libro y mi abrigo en una mesa cerca de la ventana. Ojeaba el Marca mientras ha entrado una tipa obesa mal encarada. Ni siquiera ha saludado y se iba directa a mi mesa. Ante mi mirada fulminante (la tengo ensayada), ha optado por sentarse en la mesa de al lado. El solícito camarero le ha dado los buenos días (ella sin contestar, por supuesto) y le ha preguntado por lo que deseaba.
- Estoy esperando - ha dicho la tiparraca mientras adoptaba una posición lo menos vergonzosa posible para no derramarse por ambos lados de la silla.
Siempre me ha parecido que cuando haces uso de un bar, debes, al menos, consumir algo. Había un cartel en un conocido bar de tapas de Madrid hace años que decía algo parecido a esto:
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No era exactamente este, pero el mensaje venía a decir lo mismo. Vamos, que no te pases el rato ahí de gorrón (máxime si ocupas mesas que podrían ocupar clientes). Otra cosa, antes de que nadie me crucifique, es que tengas una urgencia y tengas que ir al baño (por ejemplo). En cuyo caso, lo correcto es pedir permiso al dueño que, si uno es educado, no suele tener problema.
Hasta aquí: gorrones. Ahora, maleducados...
Tras una risita socarrona, recogí mi desayuno y me senté dispuesto a disfrutar de mi desayuno como tenía planeado. Cuál sería mi desagradable sorpresa al constatar que aparece la persona a quien dicha tiparraca estaba esperando. Resultó ser otra tiparraca de similares condiciones que lo primero que hizo, aparte de pegar un montón de gritos, fue golpear mi mesa con su silla al intentar sentarse. Había que verlo para creerlo. Una mesa ENORME con 10 sillas, y se tienen que sentar justo en las 2 que colindan con mi mesa: ¡INCREÍBLE! De resultas de esta conspiración contra mi persona mi café se derramó salpicando levemente la mesa. Por suerte el libro se salvó, cosa de la que me alegro especialmente porque es prestado. Levanté la vista buscando la causa de mi mala fortuna y, tras unos segundos de espera, desistí de mi esperanza de obtener una ligera disculpa. Por supuesto, ellas a lo suyo. Ordenaron un par de cafés supercargados y una docena de porras que se apretaron entre las 2 de forma poco decorosa.
Raja que te raja, afortunadamente no elevaron demasiado el volumen de su conversación, con lo que pude volver a mi estado de tranquilidad y concentrarme en mi lectura. Pero, ¡oh! hados mañaneros, volvísteis a negarme el momento de relajación cuando, primero la una y, a instancias de esta, la otra, encendieron sendos cigarros y compartieron, sin yo pedírselo, sus primeras bocanadas de humo con tal generosidad que me ví obligado a interrumpir mi lectura y utilizar el libro para ahuyentar la densa nube de humo que me provocó una tos de la que no era merecedor. Nuevamente intenté lanzar mi mirada fulminante a ambas, pero al encontrarse de espaldas a mi mesa (recuerden que golpearon con su silla al sentarse), ninguna captó el mensaje. Además, sus orondos cuellos no les permitían un giro mayor de unos 45 grados hacia cada lado, con lo que nuevamente, tuve que conformarme sin excusas por su parte.
En fin, que estas mujeronas (sobre todo la primera), tenía pinta de ser alguien realmente pobre de espíritu. Una de esas personas incapaces de razonar. Tentado estuve de pedirles, por favor, que dirigieran su humo hacia otra dirección, pero algo me hacía intuir que mi petición no provocaría en ellas el efecto deseado. Más probable me parecía que les haría reirse airadamente meneando sus voluminosas figuras y retándome, volverían a hacerlo con más ímpetu.
Afortunadamente, ignoro de qué trataba su conversación, aunque sí me consta que una de ellas al menos, venía desde muy lejos. Debido a mi desconocimiento de sus circunstancias personales, no me atrevo a juzgarlas con severidad porque realmente parecían preocupadas sobre lo que hablaban, así que esta vez, las excuso. Pero, ¿cuántas veces habeis topado con gente que no respeta a los demás en este tipo de lugares compartidos? Es sólo un ejemplo, pero podríamos poner miles. ¿Me equivoco?
Un blog en el que exponer lo que cada día nos encontramos por la calle, en el metro o, como yo, en las cafeterías de todo el mundo. Un sitio en el que observar, analizar e inventar conclusiones acerca de las circunstancias de cada persona, de cómo será su vida y por qué motivos los percibimos como lo hacemos. En fin, un sitio donde ejercitar la imaginación y reirse sanamente de las vueltas que da la vida para todos. Espero que os guste...
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martes, 9 de noviembre de 2010
Gorrones y maleducados
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Yo siempre procuro ponerme en una mesa apartada para evitarme cosas como ésa, aunque a veces es inevitable, porque el bar se va llenando... y si a mi lado se ponen más de tres personas o unos papás con niños me echo a temblar, porque con toda probabilidad van a chocar con mi mesa.
ResponderEliminarY sobre lo de fumar... yo suelo ir a un bar que creía de no fumadores cuando descubro con sorpresa a mi lado una mujer fumando tan ancha. Supongo que debí haberlo sospechado con los ceniceros en las mesas...
Hola Artemisa,
ResponderEliminarjijiij los ceniceros en las mesas son una buena pista : ))
Si te digo la verdad, también pensé que no se podía fumar en el sitio este, pero parece que sí :( aunque no había ceniceros, hummmm...
En fin, que lamentablemente, gente faltona hay en todos lados. Voy a abrir una cafetería/bar en el que sea de obligado cumplimiento lo de portarse bien :)
besos y gracias por comentar!
Maldita sea la gente que llega a los bares cuando estás tranquilo y empiezan a hacer aspavientos y gritar , y aun encima te echan todo su asqueroso humo encima (jojojo, no más a partir de enero!!) .Faltan modales,faltan demasiado...
ResponderEliminarun beso :)
Hola Cerveza y Chocolate
ResponderEliminarCuando he visto tu nombre, he pensado que tenías que ver con el garito en cuestión y he pensado: "adios! ya me han denunciado!" jajaja
Pues sí, faltan modales. En todo. Casi nadie (afortunadamente no es absoluta esta afirmación) piensa en los demás, en que hay otros. Justo ahora acabo de llegar de casa de mi madre en la que la vecina del tercero sacude su alfombra diariamente a nuestra terraza. Y eso, a pesar de decirle varias veces con muy buenos modales que, por favor, no lo hiciera... un día recojo migas y porquería, lo meto en un sobre y se lo echo al buzón : )) askdlfja
En fin, que al menos podemos consolarnos con ver que hay gente como tú que tiene las cosas claras
otro besoooo y ánimo, que ya es casi viernesssssssss ;-)
Afortunadamente creo que cada vez somos más educados pero creo que eso por contra hace que se note más a los maleducados. Yo lo de los padres con hijos lo comprendo (más ahora que soy el afortunado propietario de dos) pero con reservas, no vale todo porque sean niños.
ResponderEliminarY lo de los humos.... estamos en cuenta atrás. 23 días y bajando.
Me encanta tu blog!!
Hola Alejandro
ResponderEliminarpues sí, estoy de acuerdo y me gusta cómo lo has expresado: "no vale todo porque sean niños" : )) Yo no tengo ninguno (reconocido al menos), pero tengo una sobrina y veo cosas en sus padres que me hacen pensar y cuestionar mucho sobre cómo cambia la gente de ideas...
Y lo de los humos... en fin, ahora que llevo unos días sin conexión en casa y tengo que bajar a cafés, estoy sufriendo las consecuencias (sobre todo en mi ropa). Pero como dices, queda poco...
De todas formas, el tema del post es un poco "resumido", porque habría que matizar mucho. Aun así, veo que en general, habeis cogido mi idea : )
Un brazo y gracias por leerme!
CH&CH...
ResponderEliminarY por ahí en Brian Storming dices que vives por Cuatro Caminos...
Tú y yo somos casi casi vecinos...
Saludos.
Hola oligoqueto
ResponderEliminarPues sí, casi vecinos. Vivía en Tetuán, cerquita de Av.Asturias. Pero ya no estoy en Madrid. Lo dejé todo. Ahora estoy sin domicilio fijo... una risa a fin de cuentas : )
¿Alguna idea de dónde parar?
Un brazo y gracias por seguirme :)
P.D. He echado un ojo rápido a tu blog. Me mola cómo escribes, pareces una enciclopedia divertida ;-) Ya me pasaré con más calma, que quiero leer y enterarme bien de todo.